Raul Barr ABOGADO Alumno del Curso 8311 TSNB-FRBA-UTN |
Sobre
la autorización en exclusiva
Autor: Raúl Barr
Para los romanos EL Patrimonio era:“la hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes”.
Autor: Raúl Barr
Para los romanos EL Patrimonio era:“la hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes”.
"Pongo en sus manos mi patrimonio, por favor cuidemelo".
Si esta fuera la frase con la que nos encontraríamos los agentes inmobiliarios en la primera entrevista con el cliente, antes de hablar de las características de la propiedad muchos conflictos se ahorrarían, primero nadie pondría en duda ni nosotros ni el cliente que se deben pagar honorarios profesionales por la labor que nos encomiendan, ni nadie, ni nosotros ni el cliente dejaríamos de firmar la autorización exclusiva para concretar la operación que vamos a encarar.
Si esta fuera la frase con la que nos encontraríamos los agentes inmobiliarios en la primera entrevista con el cliente, antes de hablar de las características de la propiedad muchos conflictos se ahorrarían, primero nadie pondría en duda ni nosotros ni el cliente que se deben pagar honorarios profesionales por la labor que nos encomiendan, ni nadie, ni nosotros ni el cliente dejaríamos de firmar la autorización exclusiva para concretar la operación que vamos a encarar.
Simplemente habría que preguntarse como cliente: ¿Si tuviera
dinero para invertir lo pondría en manos
de cinco, ocho o diez agentes financieros al mismo tiempo para que lo reinviertan, sin firmar la
exclusividad y sin pagar ninguna
comisión por el trabajo que realicen?, seguramente NO.
¿Iría a practicarme una cirugía importante, con cualquier
medico al que voy a conocer
personalmente en la antesala del quirófano mientras me hace efecto la
anestesia y que además no me cobre honorarios profesionales? sin dudas NO.
Entonces: porque voy a poner mi único patrimonio en manos de
varios agentes inmobiliarios al mismo tiempo sin que nadie tenga
exclusividad y además les voy a pedir que no me cobren nada por su
labor.
La respuesta decanta sola, si mi Patrimonio es una de las cosas más
importantes de mi vida, junto con mi salud y mis afectos, no voy a dejarlo en manos de cualquiera, elegiré el
mejor, el que se ocupe con exclusividad y que cobre sus honorarios
profesionales, a los demás los descarto de antemano.
Aprendimos que la actividad inmobiliaria no es un
intercambio de cosas, dinero por propiedades, sino esencialmente una actividad
de relaciones humanas. Por lo tanto cuanto más afianzadas se encuentren esas relaciones
más cerca estaremos del objetivo buscado por las partes del proceso.
No estamos errados si decimos que un altísimo porcentaje de
operaciones inmobiliarias de compra o venta de inmuebles, se realizan con una
propiedad o con un capital que
constituyen y casi con seguridad constituirán
el único PATRIMONIO de ese individuo, a lo largo de su vida, si a esta circunstancia le agregamos que esa
propiedad casi siempre es el legado familiar que se trasmite generacionalmente,
o que esos ahorros son el producto de años de esfuerzo familiar entenderemos
mejor nuestro planteo.
Si además nos preguntáramos
como agentes inmobiliarios cuantos individuos de esta sociedad realizan
durante su vida una operación
inmobiliaria, llegaremos a la conclusión que son muy pocos, un porcentaje
mínimo, entonces deberemos extremar el cuidado...
La formación profesional debería partir de esta premisa,”
Voy a tomar bajo mi responsabilidad el PATRIMONIO de un individuo, que quizás
sea la única vez en su vida que lo pone en manos de otra persona para que se lo
cuide y se lo transforme” tomar real dimensión de esta circunstancia como
operador inmobiliario llevara
naturalmente a la formalidad que impone una autorización y un honorario, poner a su servicio mis conocimientos por el
tiempo acordado, con la máxima responsabilidad es mi misión, desde ahí
empezaremos a desarrollar la tarea
encomendada.
La percepción con la que vinimos a cursar esta carrera era
ver a la gente como un” Simple Cliente”, y a la operación solicitada
como un “Negocio”, este error de apreciación que muchos practican , es lo que
ha deformado la actividad, la ha desjerarquizado, la ha desprestigiado, la
transformo en una selva donde todo vale, la formación profesional, la
capacitación permanente, y fundamentalmente la predica y el aporte docente
deberá virar esa percepción equivocada, orientando a los que abracen la profesión a afianzar el concepto de “intermediar
relaciones humanas” por sobre la idea del negocio.
Las estadísticas son determinantes, la gente desconfía del
agente inmobiliario, las malas prácticas
inmobiliarias, como la atención
despersonalizada, el desconocimiento del cliente, la sobrevaluación del
inmueble, la no percepción de comisiones, la falta de autorización exclusiva
para tomar una operación, las
necesidades insatisfechas del cliente al final del proceso son parte del
deterioro de esta actividad.
Nuestra propuesta es partir de otros paradigmas, si a esa afirmación con la que titulamos la
nota, le respondemos con:
“ME COMPROMETO A QUE JUNTOS CUIDEMOS SU PATRIMONIO”, estaremos devolviéndole a la actividad la
jerarquía, y el prestigio que perdió de la mano de la visión solo mercantilista
de la profesión.
Excelente articulo,cuanta razón!!
ResponderEliminarSi el patrimonio que pretenden cuidar es sólo el del vendedor, sería lógico entonces que la comisión sólo se la cobren a él.
ResponderEliminarNo es desacertada su opinión.
EliminarEn USA es como Ud. dice solo paga comisión el propietario vendedor y el monto de los honorarios es del 6%. El comprador no paga. El método de pago de honorarios que se utiliza en Argentina es similar al de España. Aquí se repartió el esfuerzo de los honorarios entre el vendedor y el comprador.
No solo se cuida el patrimonio del vendedor, sino que el Corredor Inmobiliario trata de encontrar una fórmula donde comprador y vendedor salgan ganando y si eso se da, también gana el Corredor.
Gracias por opinar.
Interesante nota. Siempre estos artículos nos llevan a reflexionar. Un gran aporte.
ResponderEliminarMuy buena nota.
ResponderEliminar