domingo, 17 de julio de 2011

Por qué no hay Crédito Hipotecario

Autor
EDUARDO LEVY YEYATI
CIPPEC Y UNIV. TORCUATO DI TELLA
Para clarin ieco


RECOmiendo lectura de comentarios

En la Argentina, el mercado de hipotecas implosiona. Pasó de representar el 6% del PBI en 2001 –a expensas de una dolarización artificial inducida por la convertibilidad– a sólo el 1,5% del PBI en 2010. Y aún sigue comprimiéndose, a medida que las viejas hipotecas son canceladas sin ser reemplazadas por otras nuevas.

Este déficit se compensa, en parte, con la proliferación de fideicomisos inmobiliarios al costo (una suerte de plan rombo con el que el ahorrista junta a lo largo de dos a tres años el monto de una vivienda). Pero sólo los hogares con capital propio o con muy altos ingresos pueden acumular todo el valor de una propiedad en un período tan corto.

El resto de la clase media con capacidad de ahorro, desprovista de crédito y de instrumentos alternativos de protección contra la erosión inflacionaria, se ve obligada a “invertir” en bienes durables o en el banco, en ambos casos con rendimientos reales fuertemente negativos. Así, la falta de crédito condena a la clase media al desahorro permanente.

¿Por qué no hay crédito para la vivienda?
Por un lado, la ausencia de una unidad de cuenta indexada a la inflación (fruto de la manipulación del IPC) hace que, en un contexto de inflación alta e incierta, los bancos cobren una tasa fija más alta.

Por el otro, bajo el sistema francés de cuota nominal fija, el cociente cuota-salario inicial es muy elevado de modo de compensar la erosión inflacionaria de la cuota fija a lo largo de la vida del préstamo –y excluye, así, a gran parte de la población que, con un crédito mejor proporcionado en el tiempo, tendría la necesaria capacidad de pago.

En principio, la indexación del préstamo a la inflación (mecanismo usual en hipotecas largas en países emergentes y desarrollados) permitiría bajar la tasa de interés y lograr un flujo de pagos más estable en términos de salario.

Sin embargo, el deudor argentino teme tomar deuda indexada por temor a un efecto tipo “circular 1050” que, en este caso, estaría asociado a desfasajes de la inflación por encima del salario. Sea o no fundado este temor, lo cierto es que la escasa demanda de hipotecas indexadas aún en el período previo a la intervención del INDEC sugiere que, para que la indexación solucione el problema hipotecario, es necesario ponerle un techo a la actualización por inflación.

Esta receta sencilla exige dos insumos, en el siguiente orden. Primero, un nuevo índice de inflación creíble que sirva de indexador (requisito de toda política antiinflacionaria bien encaminada). Segundo, un seguro contra la inflación .

¿Cómo funciona este seguro? El deudor hipotecario paga la tasa real negociada con el banco oferente, y su saldo se ajusta por el nuevo IPC. Si la diferencia entre este saldo ajustado y el que surge de ajustar por una inflación tope (determinada al momento de obtener el préstamo) es positiva, el deudor paga hasta el ajuste tope y el seguro paga al banco la diferencia.

Los topes de inflación se establecerían para cada período, en línea con las metas indicativas de inflación anunciadas con antelación por el Banco Central en el marco del programa monetario. Por ejemplo, si se anunciaran metas escalonadas del 15% y el 9% para los primeros dos años y del 5% de ahí en adelante, el préstamo hipotecario ajustaría sólo hasta esas cotas. Así, en el caso de que en el primer año la inflación minorista ascendiera al 20% y excediera las previsiones oficiales, el deudor abonaría el ajuste del 15% y el seguro se haría cargo del 5% restante.

El seguro sería ofrecido por el Gobierno (no por el Banco Central, para no comprometer su patrimonio), se combinaría con una hipoteca estándar otorgada por un banco comercial y sería fácilmente direccionable a grupos sociales y objetivos tradicionalmente desfinanciados, como por ejemplo, la compra de una primera vivienda que no exceda un monto límite.

Este esquema, una variante de un modelo que fue ensayado con éxito en Colombia en la última década y similar al programa Casa Joven propuesto recientemente por Ricardo Alfonsín, ofrece dos ventajas adicionales.

Primero, introduce incentivos para no exceder la meta de inflación, con un costo fiscal muy limitado (cero, en ausencia de sorpresas inflacionarias; de hecho, el seguro no constituye tanto un subsidio como una protección contra el riesgo de una “inflación confiscatoria”).

Segundo, promueve el mercado de préstamos indexados (a un IPC genuino) y facilita la securitización de estas hipotecas y su venta a inversores de largo plazo en el mercado secundario. De este modo, genera un instrumento de ahorro de los que no sobran en el sistema financiero local (particularmente útil para los ahorros previsionales, que hoy se descapitalizan invertidos en papeles públicos y depósitos bancarios con rendimientos reales negativos).

Además, estos nuevos instrumentos indexados podrían sustituir parcialmente la demanda de ladrillo para inversión, fenómeno que ha llevado a que el valor del metro cuadrado aumente más que el salario, encareciendo el acceso.

El ladrillo es más que el emblema de un sector generador de empleo: es el principal instrumento de ahorro de los hogares en todo el mundo. Mientras que sólo el decil más rico ahorra en instrumentos financieros, las clases medias acumulan riqueza mediante la compra de vivienda financiada por un préstamo hipotecario.

Los hogares pobres no son la excepción: aquellos que son dueños de la tierra que ocupan muchas veces acumulan en ladrillos y materiales con los que construyen y amplían su vivienda. Pero el acceso al techo de estos hogares requiere, entre otras cosas, un componente de subsidio mucho mayor al implícito en el seguro de inflación.

En última instancia, desde el punto de vista de la equidad, a la hora de optar por intervenciones públicas en el mercado de crédito, la hipoteca es la fórmula natural para contribuir a que la distribución progresiva del ingreso se convierta en distribución progresiva de la riqueza. El voto ladrillo es siempre preferible al voto LCD.

6 comentarios:

  1. Estimados lectores:

    Ante todo, las entidades de primera línea que efectúen préstamos bajo ningún concepto van a aceptar descapitalizarse.

    Si un préstamo contiene claúsulas indexatorias, de ningún modo se lo otorga a tasa cero, sino que por muy baja que sea, deberá ser positiva en términos reales pues de no ser así no tendría sentido otorgarlo.

    En un sistema con alta inflación (la que desgraciadamente es en dólares) se puede caer como hoy en día, en el sector de compraventa de propiedades, en precios de ficción pues como las tasaciones son en esa divisa, un ajuste del dólar habilitaría a considerar una expresión destacada en un artículo publicado en el Suplemento Propiedades de La Nación (Ref.: http://www.lanacion.com.ar/1389849-para-comprar-sin-credito) en el que se indica textualmente: "En los últimos años hubo inflación en dólares, pero si hubiera una corrección en la divisa esto provocaría una baja en el costo de la construcción." Entonces si privara el sentido común ¿alguien racionalmente arriesgaría a comprar hoy si menores costos de construcción podrían determinar menores precios finales futuros -obviamente en dólares - habida cuenta que se viene incrementando el número de unidades funcionales en stock dado que cuando se consulta a las inmobiliarias reconocen que son más los oferentes, o sea los vendedores, que los potenciales compradores en este momento?...

    La realidad es que si se actuara con inteligencia de ningún modo habría que tomar préstamos indexados pero si, se podrían efectuar cierto tipo de inversiones, como fue en mi caso particular que me permitieron generar los fondos necesarios para llegar a tener vivienda propia de lo cual di cuenta en este Blog Técnico Inmobiliario en la contribución: "Una vía alternativa para poder llegar a ser propietario" (Ref.: http://tecnicoinmobiliario.blogspot.com/2010/11/una-via-alternativa-para-poder-llegar.html). Y en ese aspecto lo que hice no fue otra cosa más que emular una expresión que figura en esta nota de Eduardo Levy Yetati cuyo texto revierto intencionalmente: "Mientras que las clases medias acumulan riqueza mediante la compra de vivienda financiada por un préstamo hipotecario,. sólo el decil más rico ahorra en instrumentos financieros". O sea que lo que hice fue, aún siendo una persona de ingresos medios, proceder como lo hace el decil más rico.

    Pero, y lo que quiero hacer notar en este comentario, es que en infinidad de eventos los jugadores más notorios y mediáticos del sector clamaron y reclamaron por créditos hipotecarios sin advertir que sus demandas debían apuntar a la raíz de los problemas de financiamiento. El gran error que vinieron y continúan cometiendo es que "no reclaman una política antiinflacionaria seria": ninguno de ellos destaca explícitamente que "para que realmente sean viables los créditos hipotecarios, hay que atacar la inflación". Concretamente: no aparecen los jugadores referentes (si es que efectivamente se los pudiera considerar de ese modo) - desde las cámaras y asociaciones empresarias del sector de la construcción y del de compraventa de bienes raíces, incluyendo todas las instituciones que los aglutinan - que se animen a juntar cabezas para que se ponga en claro en forma explícita que "el problema es la inflación" y que lo importante y determinante es contar con un plan antiflacionario el que, instrumentado por el gobierno, permita a no muy largo plazo, operar a las entidades con tasas activas reales de 1 dígito y que, mediante la instrumentación de políticas de estado serias, se cuente con capacidad prestable en forma permanente.

    Les saludo muy respetuosamente,

    sdaqui ("soydeaqui" - soydeaqui01@gmail.com)

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  2. No es fácil atacar los precios de ficción de las propiedades y más difícil atacar la inflación,si hoy en día la construcción crece en niveles razonables con costos que aumentan a pasos agigantados, imaginemos un escenario con créditos más fáciles, sería una carrera interminable de aumentos de mano de obra e insumos. Por otro lado al gobierno no creo que le interese prestarle dinero a un sector que no lo vota.Saludo fabibopp@hotmail.com

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  3. Estimado "fabian": El problema no pasa por "atacar precios", cualquiera sea el sector de actividad que se tome en consideración. Observe que lo que hay hoy es "inflación en dólares" en todos los mercados de la economía real. Nadie que haya vivido algo, o que conozca el desenlace de ciertas coyunturas macroeconómicas, ignora lo que sucede cuando se sale de ese tipo de escenarios de "inflación en dólares" y los reacomodamientos ulteriores de la estructura de los precios relativos de la totalidad de bienes y servicios (incluyendo prioritariamente el del trabajo). Le saludo muy respetuosamente, sdaqui ("soydeaqui" - soydeaqui01@gmail.com)

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  4. soydeaqui, como se reacomodarían las cosas luego del escenario de inflación en dolares?

    tito

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  5. Estimado "tito": Hace pocos días le envié un comentario fuera de foro al Lic. Julio Valente indicándole que hay un factor que podría impedir o como mínimo retardar un sinceramiento en todos los mercados que conforman la economía real argentina (incluído el inmobiliario en toda su cadena de valor) debido al problema que atraviesa Estados Unidos, nación que para superar su desequilibrio fiscal debería superar el límite de deuda legal, lo que, en resumidas cuentas, implicaría que se emitan dólares sin respaldo lo que envilecería aún más a esta divisa de lo que lo está hoy en día. Esto da pie a que la inflación en dólares no ceda del modo en que debería ocurrir si se diera un escenario de estabilidad monetaria (y cambiaria) a nivel internacional. No obstante existen coincidencias entre los analistas que tampoco es admisible un muy fuerte atraso cambiario pues en ese caso se verían afectados los sectores que elaboran productos transables internacionalmente y, de producirse una caída en el precio de los commodities debido a caídas del nivel de actividad en las economías centrales y las emergentes que integran las BRIC, el saldo de nuestra balanza comercial se tornaría fuertemente deficitario. Yo al pie de una contribución que hice en este mismo Blog Técnico Inmobiliario (Ref.: "Hay que seguir al dólar - http://tecnicoinmobiliario.blogspot.com/2011/02/hay-que-seguir-al-dolar.html Inmobiliario), el pasado 15/03/2011 15:32 envié un comentario de respuesta a un forista a quien le expresé textualmente: "Mi presunción pasa porque se establezca un sinceramiento gradual de la economía dado que efectuar un tratamiento de shock para frenar violentamente el proceso inflacionario podría conducir a una crisis económica y social muy profunda. El mismo consistiría en que se pauten (a partir de una "política de concertación" en la que intervengan gobierno, empresas, sindicatos y organizaciones no gubernamentales) pautas decrecientes de precios y salarios, que se disminuyan muchos (no todos) los subsidios en forma gradual y progresiva, que se actualice el tipo de cambio por encima de la inflación real pero no en forma excesivamente violenta en un proceso que lleve varios semestres de modo de reordenar la estructura de precios relativos de la economía argentina y que además se manipule la tasa de interés con el doble objetivo de que se cuente con un stock destinado al ahorro y la inversión y que, al mismo tiempo, frene la dinámica consumista en forma desmedida.La precondición pasaría por contar con puntos de referencia idóneos lo que requeriría prioritaria, inevitable y velozmente la normalización de los indicadores estadísticos y, de hecho, del organismo a cargo de su confección a nivel nacional: ésto es muy probable que tenga un lugar importante en la agenda del ejecutivo de ese momento. No descarto además la instrumentación de políticas activas que tiendan a buscar una convergencia entre el agregado monetario M2 (que incluye la totalidad del efectivo en circulación, los depósitos a la vista, los depósitos a plazo y los disponibles con preaviso) con la del PBI (o sea el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por nuestra economía) dado que la evolución de esas variables es, porcentualmente hablando, de un orden de magnitud muy diferente en la actualidad. Por lo pronto lo esperable, es que la política económica post electoral difiera bastante de la preelectoral, lo que llevaría a recorrer un camino disímil al de hoy, hecho que estimo muy probable.".

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  6. Finalización Respuesta: Estimado "tito": yo hoy mantengo esta posición, pero le agrego como nuevo elemento a tomar en cuenta el problema que se da en la actualidad en la mayor economía del mundo lo que me lleva a reafirmar la conclusión que expuse el 04/02/2011 en la nota precitada cuando finalicé escribiendo: "No sería de extrañar que en parte el futuro del mercado inmobiliario argentino, incluyendo en el mismo la totalidad de los sectores de actividad que lo conforman en su cadena de valor, quede condicionado por hechos que se produzcan fuera de nuestras fronteras". Le saludo muy respetuosamente, sdaqui ("soydeaqui" - soydeaqui01@gmail.com)

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